La trémula luz blanca de un tubo fluorescente que agoniza. Sólo eso me separa de la oscuridad que contemplo. Sentado en una vieja cama ajena que ahora es mi reino, con una raída manta como único lujo. Ahí es donde me encuentro. Con 3 paredes que me rodean y un sucio suelo. Frente a mí, tan solo oscuridad. Negrura que contemplo.
Es curioso, pues siempre pensé en la oscuridad como en algo ausente. La falta de luz. Sin
embargo tiene pulso, tiene aliento: una gélida respiración que por momentos
parece susurrar algo… quizá mi nombre... Impasible y tenso me mantengo en mi triste reino ignorando sus avances como si de esa manera las futuras batallas simplemente no fueran a existir. Pero no soy tonto y sé que va a ocurrir, pues la materia oscura cual cáncer en la luz crece y lo invade todo hasta sumirlo en el silencio, el frío, el olvido... la nada.
"...Espectral, amarillo, doloroso y fragante
por la niebla de la avenida voy perdido..."
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