10 dic 2013

MATERIA OSCURA I




(Haz click en play para musiquita evocadora)

     La trémula luz blanca de un tubo fluorescente que agoniza. Sólo eso me separa de la oscuridad que contemplo. Sentado en una vieja cama ajena que ahora es mi reino, con una raída manta como único lujo. Ahí es donde me encuentro. Con 3 paredes que me rodean y un sucio suelo. Frente a mí, tan solo oscuridad. Negrura que contemplo.



     Es curioso, pues siempre pensé en la oscuridad como en algo ausente. La falta de luz. Sin embargo tiene pulso, tiene aliento: una gélida respiración que por momentos parece susurrar algo… quizá mi nombre... Impasible y tenso me mantengo en mi triste reino ignorando sus avances como si de esa manera las futuras batallas simplemente no fueran a existir. Pero no soy tonto y sé que va a ocurrir, pues la materia oscura cual cáncer en la luz crece y lo invade todo hasta sumirlo en el silencio, el frío, el olvido... la nada.

    Cada vez está más cerca... negras venas en mi piel que comienzan a hacer trazos en ella... trazos que dibujan por mi cuerpo una maraña lúgubre de imborrables tatuajes que me recuerdan todo aquello que pudo ser y al final, simplemente no fue. Mi imperturbabilidad se rompe por primera vez con una lágrima que como si de una gota de negra tinta se tratara raya mi cara y cae a mi antebrazo donde veo escrito en mi piel 2 antiguos versos que reconozco inmediatamente:

"...Espectral, amarillo, doloroso y fragante
por la niebla de la avenida voy perdido..."



    Y ahora la oscuridad me rodea y me invade. La agonizante luz del tubo fluorescente por fin muere y con ella la guerra se ha perdido. Ya no hay manta, ya no hay reino. Tan solo oscuridad, negrura, frío y silencio. Ella ha ganado. Yo he perdido.





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